Vivir buscando el Norte, esa es mi lucha personal. El norte como horizonte, el norte como infinito, como respiro, como suspiro. El norte como sueño...
viernes, marzo 20, 2009
JARDINES ZEN.
No necesito ni uno más, con dos es más que suficiente. Ambos han sido regalos y ambos llegaron con muy poco tiempo de diferencia a mis manos. Será que ven en mi una mente demasiado agitada. Representan el universo, y están concebidos para inspirar vitalidad y serenidad. Cuando no puedo escapar de mis propias cadenas, voy y me siento junto a mis jardines zen y dibujo formas sobre la arena hasta que ya no pienso en nada, hasta que me quedo obnubilada y llega a mi la correcta percepción de la realidad. El zen nos enseña que el hombre no estaría completo sin la naturaleza. Sería como un huérfano si no se sintiera hermano del agua, las plantas o las rocas. Filosofía de lo más mística el Zen, difícil de llegar a ella, a veces difícil de comprender, pero tan realista que produce un choque entre lo que somos y en lo que nos convertimos por culpa del mundo acelerado en el que vivimos.
Pd: Si alguien creativo quiere hacer uno es lo más fácil del mundo.
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4 comentarios:
Muy bonito, me imagino que se trata de buscar la armonía, el equilibrio, como todo en esta vida las personas intentamos estar bien con el entorno, ubicarnos. Pero es todo aparentemente tan simple que tengo dudas al respecto, el rastrillo ¿es para labrar la tierra?, las velas ¿que iluminan?, las piedras en el camino ¿que dificultan?, la distribución de los elementos ¿es cambiante? ¿no?, que sencillo parece.
Opinión personal:
Prefiero los jardines reales en los que puedas pasear, disfrutar de los olores y de los cambios de estaciones, estos son LOS JARDINES DE LA VIDA.
Pero ya te digo, seguramente no he entendido nada de nada. El oriente, el occidente. Maneras y filosofías distintas.
Los Santos Inocentes.
¡Holaaaaaaaaaaa!!, mira, los jardines zen en principio son una manera de relajarse en casa cuando ,como en mi ciudad, no hay demasiados espacios verdes. Aunque la verdad es que intento evadirme de todo en la naturaleza que es lo que realmente tiene un efecto relax en mi. Bien, con el rastrillo se hacen dibujos en la arena, es como si jugaras en la playa, algo relajante, y las velas aportan serenidad, las piedras tienen energía, el caso es que la mezcla de elementos que representan la naturaleza consiguen serenar el alma si anda alborotada. Te pones a hacer formas sobre la arena y de repente dejas de pensar casi sin darte cuenta, pero si, pienso como tu que nada como un jardin de verdad, esto es, como yo digo, para casos de máxima urgencia. Un abrazo. Y gracias¿eh?. Lorena.
Para casos de máxima urgencia...ya me tienes a mi :-), sin quitarle mérito a los jardines zen, ¿eh?, conste, jajajajajaja.
Ale, bienvenida, Willy Fog!!!
Germán!!!, gracias por el comentario y por la visita. Es verdad, también estás tu. Pero en casa viene bien tener un jardin zen por si no puedo dar la lata a alguien, jajajajaja...no he vuelto, sigo en Paris, pero el blog estaba programado. Besitos.
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